Nombre: Memorias
de un amigo imaginario
Título
Original: Memoirs of an imaginary friends
Autor: Matthew Dicks
Páginas: 428
Serie: Volumen
Único
Género: Ficción, Amistad, Juvenil
Año: 2013
Sinopsis:
Querido lector:
La novela que tienes en tus manos es especial, como Max.
La novela que tienes en tus manos es única, como Max.
La novela que tienes en tus manos es valiente, como Max.
"Max solo
tiene 8 años y no es como los demás niños. Él vive para adentro y cuanto menos
le molesten, mucho mejor. No le gustan los cambios, las sorpresas, los ruidos,
que lo toquen y que le hagan hablar por hablar. Si alguien le preguntara cuándo
es más feliz, seguro que diría que jugando con sus legos planeando batallas
entre ejércitos enemigos. Max no tiene amigos, porque nadie lo entiende y
todos, hasta los profesores y sus propios padres, quieren que sea de otra manera.
Solo me tiene a mí, que soy su amigo desde hace cinco años. Ahora sé que Max
corre peligro y solo yo lo puedo ayudar. El problema es que Max es el único que
puede verme y oír. Tengo mucho miedo por él, pero sobre todo por mí. Los padres
de Max dicen que soy un «amigo imaginario». Espero que a estas alturas tengas
claro que no soy imaginario".
Antes de sumergirme en las páginas de este libro había
leído numerosas críticas del mismo, y todas ellas (pero todas, todas) eran
bastante positivas. No leí ninguna que dijera nada malo sobre él. Por ello,
tenía muchas ganas de leerlo y mis expectativas estaban en lo más alto. ¿A qué
me ha llevado eso? ¡A una (mini) decepción) Básicamente porque, aunque me ha
gustado, me esperaba otra cosa.
“Autoconsejo, Lorena: No te fíes al cien por cien de las opiniones
de los demás. Cada persona es un mundo”.
Sobre la trama del libro no voy a decir nada (voy a
intentarlo, lo prometo) porque creo que es mejor que vayáis descubriéndola vosotros mismos. Solo diré que, desde mi punto de vista, se podría haber sacado
muchísimo más partido al argumento sobre el que se sustenta el libro, y que
aunque en general, es un libro entretenido, hubo partes que me aburrieron
soberanamente.
La historia está contada por Budo, el amigo imaginario de
Max, un niño de (creo recordar) siete años. Esta es una de las principales
peculiaridades de la novela porque, ¿cuántos libros conocéis que estén narrados
por un amigo imaginario? Para mí, este el primero, desde luego.
Budo existe porque Max lo ha creado en su imaginación y
por lo tanto sólo puede verlo él y los amigos imaginarios de otros niños. Esto le da
un toque de inocencia a la novela porque, al haber sido creado por Max,
Budo es y piensa como un niño.
Esa es una de las cosas que más me ha gustado del libro,
la ternura que desprenden cada uno de los personajes y especialmente Budo. Es
imposible no cogerle cariño, y su historia acabará tocándote el corazoncito,
sobre todo en los últimos capítulos.
El libro trata sobre numerosos temas, pero el que ha
estado latente en cada una de sus páginas, ha sido el de la amistad. Nos habla
de las cosas que somos capaces de hacer por la gente a la que queremos, incluso
si es cosas nos perjudican a nosotros mismos.
También nos habla de los niños que son diferentes, del
camino (siempre difícil) hacia la madurez y de la lucha de su familia por
normalizar lo que no debería normalizarse, sino considerarse normal desde un
principio. Por ello, es un libro que nos hace pensar y reflexionar sobre muchas
cosas.
El estilo narrativo del autor es fresco y directo. Hace
uso de un vocabulario sencillo y de unos diálogos en la misma línea. Esto
aportaría una fluidez en la lectura si no fuese porque, desde mi punto de
vista, a la novela le sobran unas cuantas páginas. El libro acaba haciéndose
bastante lento y pesado en algunos momentos, y eso se debe sobre todo a que
cuenta con partes bastante instrascendentes y algunos personajes “se repiten
más que el ajo”.
Los personajes, en general, me han gustado. Mi favorito,
sin duda, es Budo. Inocente, inteligente, y con la personalidad propia de un
niño de seis años (que es el tiempo que lleva junto Max) hace que resulte un personaje de lo más
entrañable.
Los demás personajes, tanto Max, como la señorita Gosk y
todos los amigos imaginarios que han pasado por la vida de Budo, me han
parecido personajes bastante bien definidos, aunque algunos me han resultado un
“poco rollo”.
El final (aunque un tanto predecible) es precioso. Confieso que se me
escaparon unas cuantas lagrimillas con las últimas frases. Aún así, es un libro
que te deja con un muy buen sabor de boca y, aunque se hace pesado en muchas
partes, merece llegar hasta la última página para saber cómo acaba.
En
conclusión: Memorias de un amigo imaginario es un libro entretenido en algunas
partes y pesado en otras, pero con un gran mensaje y unos personajes
fantásticos, que culmina en un final de infarto que te emocionará, seguro no
¡segurísimo! No te olvidarás de él tan fácilmente.
3.5/5
Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que este libro me llama mucho la atención, así que espero poder leerlo pronto. :D
Lo de la mini decepción que dijiste que te llevaste por las opiniones tan buenas de otros blogueros, te entinedo, porque me ha pasado lo mismo con el de Bajo la misma estrella... :P
Gracias por la reseña!
Holas !
ResponderEliminarNo lo conocía ,pero lo de que este contado por un amigo imaginario ,me ha llamado la atención.
Besos
¡¡Hola!!
ResponderEliminarDesde que lo vi por primera vez que me lo quiero leer!
Gracias por la reseña!!
Besos xx
PD: Hay un sorteo en mi blog por si quieres pasarte a ver si te interesa jajaja
Lo tengo en casa pendiente...y bueno con que sea entretenido y me emocione algo, me conformo!
ResponderEliminarUn beso!
Hola chuliii!
ResponderEliminarPues he visto opiniones muuuy buenas de este libro, pero entre una cosa y otra nunca he podido ponerme con él. A ver si me animo jeje un besito!